martes, 16 de octubre de 2012

Descubriendo...la Vacuna contra la Viruela de Edward Jenner

La viruela es una enfermedad que se caracteriza por llenar el cuerpo de erupciones y yagas, y surge sobre todo por la falta de higiene. Actualmente se nos vacuna desde pequeños, por lo que ha desaparecido en los países que llamamos occidentales, pero durante el siglo XVIII estaba muy extendida. Por eso se investigaba, y finalmente se llegó a conseguir, una vacuna contra la viruela. Pero, como vais a descubrir, no fue nada fácil.

La viruela es, en esta época de revoluciones, la más mortífera de las enfermedades, por encima de la peste bubónica, el tifus o el paludismo. A pesar de un primer avance en la higienización de las ciudades, los tramados medievales seguían favoreciendo que los excrementos y las basuras se acumularan en las callejuelas. Se dice que la tercera parte de los habitantes de Londres, exhibía las marcas de la viruela.

Ante esta enfermedad, Edward Jenner (1749-1823) inventó la vacunación antivariólica, primera arma biológica eficaz para la prevención de una enfermedad infectocontagiosa.

Ciertamente, el descubrimiento de esta cura tiene su camino plagado de anécdotas, algunas de las cuáles destacaremos en este texto.

Su antecedente más directo, fue la difusión en Europa de la variolización que es de origen chino, pero que llegó a Europa de manos de la mujer del embajador británico en Turquía, Lady Mary Wortley Montagu.

La técnica asiática de la variolización consistía en inyectar de manera subcutánea serosidad procedente de las heridas que deja la viruela en otros humanos. Sin embargo, esta práctica que alcanzó gran popularidad al salvar a dos princesas de sangre real en 1722, fue perdiendo aceptación hasta el período revolucionario, por los peligros que entrañaba.

Jenner era un médico rural, y había observado que la viruela no prendía en aquellas personas que habían padecido la viruela vacuna.

Lo que sucedía es que el cuerpo creaba defensas contra esta enfermedad vacuna (viruela vacuna) que podemos considerar “menor”, y quienes fueron de hecho inoculados con esta vacuna conseguían una defensa mayor contra la viruela humana.

Uniendo estas experiencias, a la variolización que Ms. Montagu aportó desde Turquía, Jenner se puso a investigar para llegar a la conclusión que cambiaría el rumbo de los remedios a las enfermedades infecciosas. Si conseguía inocular la viruela vacuna, podría prevenir la viruela mortal.

El médico, se puso manos a la obra, elaboró un proyecto bien fundamentado que sin embargo, fue rechazado por la London Royal Society, y esta respuesta fue en general la que obtuvo en esos primeros momentos. Frialdad, e incluso pavor ante la idea de vacunar a personas con una enfermedad vacuna. Una de las anécdotas más conocidas que generó el invento de esta vacuna decía que, si se vacunaba a la población con una serosidad proveniente de vacuno, corrían serio riesgo de comenzar a parecerse al animal. De mano de los sectores más críticos, y cómicos porqué no, se gestaron cientos de imágenes e ilustraciones ridiculizando esta idea, por ejemplo la picadura de vaca, del artista Gillray.

Finalmente, Jenner prosiguió con sus investigaciones y demostró la funcionalidad de las mismas. A partir de 1801, la vacunación contra la viruela fue regular y efectiva.

Un anuncio español de 1940 animando a vacunar de esta enfermedad

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Esta entrada forma parte de una colección para explicar mejor los elementos de la línea del tiempo presente en nuestros talleres, como complemento a la misma.

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